Preguntamos a los lugareños dónde quedaba el taller más cercano, obteniendo como respuesta: “Veinte minutos en moto”, caminando era mucho tiempo y empujando la moto mucho más. Nos sentamos y buscamos una tienda dónde comprar cervezas. Mientras bebíamos y escuchábamos “Kings of Leon” con mi ipod; tomé unas cuantas fotos.
Alrededor de las seis de la tarde, me subí a la moto y regresé a la ciudad para arreglar el neumático. Bueno, obviamente tuve que comprar otra cámara, la anterior estaba totalmente destrozada. Mi primo se quedó en ese afable pueblo para no malograr aún más la moto con su peso.
Siendo las siete y media de la noche, regresé por mi primo. Lo tuve que cargar hasta la moto, no había dejado de tomar.




No hay comentarios:
Publicar un comentario